El río Grío , sobre todo en su curso alto y medio y, a su paso por Tobed ofrece paisajes singulares diferenciados de los valles vecinos como el del Perejiles. Corre por un valle estrecho que se abrió aprovechando una línea de fractura en las pizarras, cuarcitas y conglomerados paleozoicos.

Es en esta zona donde los pobladores de Tobed han dejado su impronta de manera más evidente, los campos cultivados con esmero: frutales de la vega y almendros y olivos ascendiendo por las laderas cuarteadas en parcelas; el trabajo de la tierra arcillosa para la fabricación de tejas y ladrillos tal y como evidencian los restos de los antiguos alfares, hoy abandonados; y por supuesto el aprovechamiento de los recursos hídricos, no solo en el curso del río sino a partir de las diferentes fuentes y manantiales que aparecen en los puntos más estratégicos del territorio: la Fuente Ribazo (camino del depósito en el camino del barranco que asciende hacia la sierra de Algairén), Fuente Molina (en la variante gr90.2 dirección Codos) y fuente del Collarte situada en las proximidades del barranco de Los Abuelos.