Una flora clásica de piedemonte en la que especies y herbóreas singulares como el rusco, las prímulas, ranúnculos o narcisos crecen junto a los carrascales, pinos, alcornoques, castaños, robles, arces o chopos negros. Además la sierra destaca por su riqueza faunística y sus aptitudes para la actividad cinegética. Tejones, ginetas, zorros y jabalíes, el águila real, el águila perdiguera, el buitre, el búho, la lechuza o el autillo, son algunas de las especies más espectaculares.

Es en esta zona, desde donde se accede al pico de la Valdemadera, donde se conserva un espacio natural de gran belleza conocido como “Los Abuelos”, situado en el barranco de Trascastillo. El paso del tiempo y la acción de la erosión en las arcillas ha esculpido formas de casi aspecto antropomorfo que genera una vista espectacular del barranco.

Es en esa zona donde se construyó la primera zona de defensa y vigilancia de la localidad sobre el valle de la cual se conservan los restos de la muralla y de una estructura elevada; además en época posterior también se levantó una sencilla arquitectura para venerar la reliquia de San Valentín, patrón de la localidad.